BEIRUT, Líbano.- Los llamados a la moderación y a la diplomacia en Medio Oriente fracasan cada día y el papel de la Organización de las Naciones Unidas parece que está pintado. Una nueva y feroz escalada se desató ayer, cuando Irán disparó cientos de misiles contra Israel, actualmente en guerra en Gaza y en el Líbano.

En Tel Aviv, capital de Israel, resonaron las sirenas de alarma antiaérea después de que el ejército instara a la población a prepararse a un ataque a “gran escala” de la República Islámica.

En Teherán, la agencia de noticias oficial informó que Irán lanzó “un ataque con misiles contra Tel Aviv”, pero no aportó más detalles.

Los Guardianes de la Revolución afirmaron que el ataque fue una respuesta a la muerte del jefe de Hezbollah, Hasán Nasralá, la semana pasada, y a la del líder de Hamas, Ismail Haniyeh.

El ejército israelí interceptó un gran número de los misiles disparados, según el portavoz del cuerpo armado, Daniel Hagari. Los proyectiles, procedentes del este, eran visibles por sus estelas luminosas en el cielo nocturno.

Sirenas de alarma antiaérea resonaron en todo el territorio y se escucharon decenas de explosiones sobre Jerusalén.

No es la primera vez que Irán ataca directamente a su enemigo en los últimos meses. El 13 de abril, Teherán disparó cerca de 350 drones explosivos y misiles contra Israel, en respuesta a un bombardeo que achacó al Estado judío contra el consulado iraní en Damasco, la capital siria.

La mayoría de los misiles habían sido interceptados por Israel con ayuda de países extranjeros, sobre todo Estados Unidos.

En la zona de Tel Aviv, los servicios de emergencias reportaron dos heridos leves. Un palestino murió en la ciudad de Jericó, golpeado por fragmentos de un misil derribado durante el ataque, declaró el gobernador de esa ciudad de Cisjordania ocupada.

Poco antes, soldados del ejército israelí indicó habían disparado contra decenas de personas en la Franja de Gaza, a las que consideró sospechosas porque caminaban hacia el puesto militar

El tráfico aéreo quedó totalmente interrumpido en el aeropuerto Ben Gurion y las autoridades aeroportuarias indicaron que el país cerró su espacio aéreo, aunque lo reabrió horas después.

El ataque iraní se produjo el mismo día en que Israel anunció operaciones militares terrestres en el sur de Líbano contra el movimiento islamista Hezbollah, aliado de Irán.

El ejército israelí aseguró que el ataque con misiles de Irán “tendrá consecuencias”. Su portavoz había dicho poco antes que la amenaza podía ser de “gran alcance” y había instado a la población a permanecer cerca de zonas protegidas. Anoche, el ejército israelí anunció que realizaba bombardeos aéreos en Beirut contra objetivos de Hezbollah.

“Las FDI (Fuerzas de Defensa Israelíes) están atacando objetivos terroristas de Hezbollah en Beirut”, dijo el ejército en un comunicado. Una fuente de seguridad libanesa precisó que el ataque israelí fue contra los suburbios del sur de la capital.

Incursiones terrestres

Tras el ataque iraní, Irak, uno de los países vecinos de la República Islámica, decidió cerrar su espacio aéreo por razones de “seguridad”. También lo hizo Líbano.

Jordania, situado entre Israel y Irak, anunció también que suspendió el tráfico aéreo en el país y que interceptó misiles y drones.

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En el barrio de Jaffa de Tel Aviv, cuatro personas murieron y otras siete resultaron heridas en un ataque con armas automáticas llevado a cabo por dos individuos, que fueron “neutralizados”, indicó la policía israelí.

La escalada de violencia ocurre tras una semana de intensos bombardeos contra el movimiento islamista proiraní en Líbano, que causaron cientos de muertos.

Tras el ataque, la agencia de prensa libanesa ANI reportó disparos de júbilo en el sur de Beirut, bastión de Hezbollah.

LUCES EN LA NOCHE. Los misiles iraníes volaron sobre Jerusalén.

Israel bombardeó la zona este martes, así como los alrededores de Damasco, en Siria, y la Franja de Gaza, donde lanzó una ofensiva en represalia al ataque sin precedentes del movimiento islamista palestino Hamas en octubre del año pasado. Tras el ataque del 7 de octubre, Hezbollah abrió un frente en la frontera con Israel en apoyo a su aliado Hamas, que gobierna la Franja de Gaza.

Luego de meses de cruces de disparos transfronterizos, el ejército israelí intensificó su campaña en septiembre, con el objetivo de debilitar a Hezbolá y permitir que regresen a casa los miles de habitantes del norte de Israel desplazados por el conflicto.

“Apoyo total”

Estados Unidos, el más firme aliado de Israel, advirtió a Irán que el ataque tendrá “consecuencias” sobre las que ha comenzado a debatir con el gobierno de Benjamín Netanyahu.

“Estados Unidos apoya totalmente, totalmente, totalmente a Israel”, declaró el presidente Joe Biden. Añadió que hay conversaciones sobre cómo responder.

Como ya había dicho su asesor de seguridad nacional, Biden consideró que el ataque de Irán resultó “ineficaz” y fue “desbaratado” por las fuerzas israelíes, con el apoyo de Estados Unidos.

“Es totalmente inaceptable y todo el mundo debe condenarlo”, afirmó el jefe de la diplomacia estadounidense Antony Blinken.

Toda la región se encuentra en una situación explosiva, y los llamados a un alto el fuego en Líbano y Gaza siguen sin respuesta.

Un portavoz del Pentágono, Pat Ryder, afirmó que Irán lanzó cerca del doble de misiles que en su ataque anterior en abril.

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Estados Unidos afirma no tener constancia de muertos en Israel, pero trata de recabar información sobre el fallecimiento de un civil palestino en la Cisjordania ocupada.

“Es una escalada significativa”, declaró el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan.

Biden había dado orden al ejército de ayudar a Israel a defenderse” y de derribar los misiles que apuntan a este país, según la Casa Blanca.

El alcance de la ofensiva israelí no quedó claro de inmediato, pero la misión de paz de la ONU en Líbano afirmó que no suponía una “incursión terrestre”, mientras que Hezbollah desmintió que soldados israelíes hubieran entrado en territorio libanés.

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Un funcionario de seguridad israelí declaró que se realizaron incursiones de alcance limitado para “alejar las amenazas contra las comunidades civiles del norte de Israel”, fronterizo con el sur del Líbano y objetivo de los disparos de Hezbollah.

Las autoridades israelíes ya había avisado antes que, aunque habían asestado un duro golpe al movimiento islamista con el asesinato de su jefe, la batalla no había terminado.

Desde ese recrudecimiento de la violencia, más de un millar de personas han muerto en Líbano, según el Ministerio de Salud.

Los llamados internacionales a la desescalada se han multiplicado para evitar un guerra regional.